Título del libro: Como decíamos Ayer…/ Comme Nous disions hier…
Autora : Celia Vázquez
Traductora al francés: Maggy De Coster
Editado por Literarte Editorial
Año: 2020
Este breve libro de poemas es el resultado de buscar en el cajón de mi mesa aquellos poemas hilvanados por el tiempo y que cosió la imaginación y rescatar un puñado. Me inspira un crisol variopinto de escritoras consagradas y amigas poetas, con una sensibilidad exquisita para la creación.
Es un pequeño homenaje a ellas que contribuyeron con su obra a que mi inspiración se disparase y que se lanzase, sin apenas ponderarlo, a seguir sus huellas. Ellas mismas van tras las huellas de las grandes poetas de la literatura universal que moldearon montañas de palabras perfumadas de sentimientos para formar sus sonoros versos. He intentado enhebrar una palabra de cada una de ellas para coser la identidad de todas en el alma femenina que las distingue al hilo de la creación y de la reflexión poética.
El hilo del olvido es más fuerte que el del recuerdo para todos los mortales. Así se titulaba mi primer libro de poemas. Ahora pasamos a recordar lo que decíamos ayer… añadiendo textos nuevos en un fresco amanecer. Como decíamos ayer…
Sirva de homenaje a dos grandes escritores y profesores de la Universidad de Salamanca y al pueblo de Belmonte y su gente. El primero de ellos es fray Luis de León (siglo XVI), nacido en Belmonte, Cuenca y de quien cuentan sus biógrafos que solía comenzar sus clases resumiendo la clase anterior. Es por esto que, cuando volvió a la universidad tras haber estado cinco años en prisión, (acusado ante la Inquisición de diferentes herejías, de las que fue exculpado finalmente) retomó sus lecciones diciendo: “Como decíamos ayer…” como si los últimos cinco años no hubieran pasado.
Muchos años después, otro famoso escritor y profesor de la misma universidad, Miguel de Unamuno (siglo XX), fue exiliado en las islas Canarias por escribir críticas contra la dictadura de Primo de Rivera en España, y al volver siete años después, al caer la dictadura, retomó las clases en la Universidad de Salamanca con la misma frase que usó fray Luis de León cuatro siglos antes.
